Shodō de El Mal de Amores
Shodō de Los Desvarios
Shodō del Soundtrack de mi Vida Vol.1
Shodō de "Un Recuerdo"
Verás...
Estoy aquí sentado a unos cuantos minutos de ver cambiar un nuevo día… de ver pasar un día viejo…
Y mientras me deleito de nuevo con tus palabras… eres luz y viento… luz que disipa todas las sombras de la noche… viento que acaricia mi rostro y mis manos entumecidas por el tiempo…
Eres sueño que no termina… inspiración de la cadena interminable de esperanzas que traen de todo en sus carruajes, eres timón y faro…
Dueles de ausencia… de amor… de mar… de sal… de heridas… no dejas de sangrarme el alma… es extraño pensar en ti como la ausente… a pesar de llevarte alojada entre pulmón y corazón… ahí juntito del alma…
En esta noche… son delirios de persecución solamente… me acechas… me buscas… me sigues… me encuentras… por que sigo en la misma silla desde el día que te conocí… el mundo es el que gira diría yo… mientras… espero la oportunidad de saltar…
Déjame acariciarte entre las piernas con estas mis letras más depravadas… en aquel manantial de mis pecados… aquella fuente inagotable de placeres vedados, y a donde sin culpas ni horrores regreso cada noche… después de cada sueño…
No encuentro simetría más elocuente que la distancia de tus pechos… donde se libran las batallas más voraces… aquellas donde se sosiegan mis más perversos ímpetus...
Déjame contemplarte tan desnuda como hermosa… tan solemne como extasiada… no es tu hermoso cuerpo el que imagino… más sí, analogía de la naturaleza misma… el cúmulo de sueños que sin prisa quiero beber… entre tus manos sanadoras…
Sólo dame un pretexto para romperme en miles de pedazos el alma… y la puedas guardar en los bolsillos del pantalón que cada noche te despojo…
Y vaya… ya es nuevo día…
Shodō de mi imagen
Shodō de aquello que callas
Y lo cierto es... que he decidido hacer un voto de silencio... y justo a la altura del diafragma simplemente apretar lo suficientemente fuerte como para que por un tiempo no pronuncie palabra alguna... ciertamente habrán sonido tipo cavernario... lo necesario para hacerme entender... sólo eso...
Y llegue a dicha conclusión, porque recientemente no encuentro nada bueno que decir... tantos cambios internos... que el mismo cuerpo, tal cual, como si tuvieras un objeto extraño... ha comenzado a rechazar mis propias entrañas... y supongo que no es para menos... tantos cosas que soy... que fui... y de pronto hacer cambios tan significativos, tan determinantes... simplemente ¡¡ está cabrón !!
Sin duda me faltarán las palabras para explicar a detalle de lo que hablo... suena mucho más coherente en mi cabeza en realidad... pero hasta que la tecnología alcance a plasmar los pensamientos en un ordenador... simplemente seré incompetente para ello... sólo entiendo... que sencillamente en estos momentos... cualquier cosa que diga... tal vez suene demasiado ácida...
Quizá tenga que ver con el hecho de negarse... de no aceptarse tal cual uno es... de querer demostrarse o demostrarle al mundo (por poco que le importe) que este ente ha cambiado... la pregunta obligada a esto sería: ¿en que he cambiado?
¿Me he vuelto más ermitaño? ¿más agrio? ¿con menos fe? ¿quizá mas consciente? ¿menos cínico? ¿o quizá más? son demasiadas preguntas para respondérmelas en una noche o incluso para hacerlo por mi mismo... pero como pretendería que alguien más me las responda si además de todo, me he vuelto más sordo... y vaya que eso si lo puedo reconocer...
Me niego incluso a pensar que la gente que me aprecia, realmente me aprecia... me siento como esos personajes que representan cada una de mis deficiencias de hoy día... uno sordo... uno mudo... uno ciego... y entonces que sentido me queda para darme cuenta por donde he de ir... o por donde voy... ¿cómo no sentirse solo? ¿cómo no perderse de nuevo?
La realidad es que NO se que hacer... cómo comportarme ante los demás... que decirles... como confiar de nuevo en todos ellos... como no pensar que algo tendrán que cobrarme del pasado como aquella mujer... como no sentir deseos de tirarme al piso y dejarles que me pisoteen... ya que seguramente me lo merezco... de que manera levantar esta autoestima maltrecha y dejar que la inflamen todos los buenos deseos y comentarios de la gente...
Simplemente y llanamente... ¿cómo dejar de ser tan contradictorio en lo que quiero? ¿en lo que escribo? ¿en lo que pienso?
Shodō de tu Ironía...
Ironía es dejar de despertarme a las 3.49AM cada vez que tenga el sueño de ponerle fin a tu vida... dejar atrás el stress de tener las palabras atravesadas como jabalinas y las rimas ensartadas en la cabeza como agujas en muñeco de vudú...
Ironía es quitarme la sangre de las manos después de haberte dado fin... limpiarme con la ropa interior que dejaste escondida en mis cajones para usarla un día cualquiera... lanzarla al vacío... hacer una llamarada de petate y una danza tan dantesca y su quinto infierno, que hiciera llorar al mismo cielo...
Ironía sería prenderme fuego... y bailar alrededor de tu recuerdo... encima, por debajo, a través... al ritmo de todas aquellas canciones que me recuerdan tu nombre... las que comienzan con esa letra de siempre... de somos... de soledad... Ironía, sería escucharlas tantas veces que me sangren los oídos y me vuelva cuerdo...
Ironía... es dejar de bailar de súbito... tratar de apagarme... y darse cuenta que son demasiadas las quemaduras... las yagas... tirarme a tu lado... y llorarte como un chiquillo cuando ha perdido la inocencia... como cuando descubres que no existe nada mágico y todo nos lo inventamos para tener una fe falsa... o el culpable callado que siempre nos justifica y redime...
Ironía es clavarme cada dedo para no escribirte... aprenderme todos los antónimos para cada palabra de amor que te conozco... tatuarme tu nombre pero al revés... ironía... es verte en cada red social a la que me suscribo... eso vida... es ironía... que me sigas en cada sueño... en cada realidad... en cada virtualidad... ¿acaso estos mundos no son lo suficientemente grandes para ambos?
Ironía es no pensarte... al grado de olvidarme... es llenar los pocos hoyos que dejaste en mi vida sin recuerdos... como una pared que deseas dejar completamente lisa... y después... la ironía es tirarla a patadas...
¿y dime, que sabes tu de ironía... si solamente sabes del amor?
Shodō de tu soledad...
Shodō de mi historia inventada...
Y solía soñar con un día cualquiera… donde despertar a tu lado fuera la experiencia tan maravillosa que siempre fue... despertar y ver el reloj y pedirle al tiempo que se detuviera por todos los minutos posibles… olvidar todas las obligaciones que nos separan pero que también nos dan la vida que llevamos…
Despertamos… la organización incoherente entre la hora en la que nos despertamos y las labores propias de un día de trabajo… despertar a la niña… verla sonreír tímidamente a sabiendas de un día más de escuela… bañarse… preparar un desayuno lo suficientemente abundante… pero a la vez, que le llame la atención a la niña… y a nosotros… el sueño todavía nos persigue… nos quiere hacer suyos…
Y nos vestimos… planchar la camisa y el pantalón… después de que tomaste la decisión por mi… por que dices “que así me veo más guapo”… y me gusta verte andar… cuando comienza a entrarte la histeria… de la hora… de lo que tienes que viajar… cuando la niña no está lista por que si por ella fuera, quizá no iría nunca a la escuela…
Y ayudo torpemente en todo lo que pueda… entre el sueño… la prisa… el que no sé que hacer o como hacerlo… y sólo sonrío… pienso en ti y en todo lo que hemos construido… en todo lo que hemos logrado… y me vuelvo creyente de que hay un ser superior… descubro lo agradecido que estoy en lo general con todo… por todo…
Haber librado todas las barreras del tiempo… espacio… humanidad… errores… aciertos… todo… absolutamente todo para bien y mal nos tienen aquí… y no dejo de sonreír idiotamente hasta que me sacas de mi realidad y me dices… “apúrate… vas a llegar tarde al trabajo” y tengo deseos de abrazarte ahí… y no soltarte nunca… mientras la niña, ya con el ánimo de ir a la escuela, nos interrumpe… y se mete entre ambos… y las abrazo… y son mías… para siempre…
Y salimos de prisa… como siempre… a ambas les doy un beso y las miro como si no existiera un mañana… sé que nos veremos en unas horas… siempre es igual… maravillosamente igual… y las veo subir al coche… y comienza a arranchar y les mando el beso al aire de cada mañana… y la sonrisa que me regalan… la que me viste de amor y me hace ir a trabajar…
Y veo pasar el día con la velocidad habitual… tanto trabajo… tantas cosas por hacer… una llamada tuya… un mensaje… y sigo sabiendo por ello que estás bien… y de pronto… como casi cualquier día… llega la hora de comer… y vuelvo a casa… siempre la ventaja de vivir tan cerca del trabajo… y sé que ya cocinaste algo… que me esperaban ratico antes… pero siempre habrá algo que no me permita salir justo a la hora deseada…
Hoy… no quería comer eso… pero cuando se trata de la cocina siempre eres más dueña del espacio que de otras piezas de la casa… aún así amo el hecho de que el momento familiar se prolonga… que tenemos la oportunidad de compartir eso… cosa que no cualquiera tiene… y lo amo más… valoro más aquello que tenemos…
Y el final de la comida es inevitable… y siento además de la pesadez de haber comido… y esa clásica sensación de no querer salir más de la casa y simplemente quedarme con ustedes… pero me incitas a volver… sabes y aceptas mi trabajo a veces con más ánimos que yo… quizá por que sabemos que falta menos para terminar el día juntos… unas horas más… y vuelvo…
Regreso de trabajar y pareciera que no nos hubiéramos visto en todo el día… es la parte favorita del día… un reencuentro, en las circunstancias que sean, siempre es un reencuentro… y las veo en sus actividades… tareas… más trabajo en casa… cada una entretenida…
Y trato de integrarme… de hacer algo por ambas… quisiera ser dos… para compartir con cada una cada cosa que hacen… y se llega la noche… nos sentamos a ver algo tal vez sin sentido en la televisión… pero lo que importa es que somos los tres… juntos… siempre…
Y decidimos dormir… la tarde y la noche nunca alcanzará para compartir más… el tiempo… ese que dicen que es más que la vida… tiene sus formas extrañas de desaparecer… y llevo a la niña a dormir… mientras tu, estás haciendo otra cosa… hay tantos días en los que se te acumula el trabajo… por el amor que le tienes…
Me encanta sentir como acaricia mi oreja… como me muestra su acercamiento con eso… y la amo… tanto como a ti… por esa fragilidad… esa inocencia que nos dice que siempre debemos tener algo de que sorprendernos… por eso mismo, es tan gratificante ver lo que aprende día a día… lo que quiere… lo que siente… así de simple… y me quedo minutos dormido junto con ella… hasta que siento tu mirada… el calor de ella… y te acercas y acaricias mi rostro… mientras nos regalas esa mirada de quien ve a sus niños… y así me haces sentir… tan niño… tan infantil… tan frágil…
Ya es tiempo de dormir… ver cerrar la luz de tus ojos... de volver a sentir tu calor en mi espalda… en mi pecho… y el beso que sella un día más… una batalla más ganada… un victoria más disfrutada… así como cada día de nuestras vidas… como el resto de nuestras vidas…
Shodō de tu historia...
Y tal vez te invente una historia heroica… trágica… cuando la gente pregunte, se nublen mis ojos y simplemente diga que estás muerta… que lo único que pude conservar de ti, es este anillo que cuelga de mi cuello… tu anillo de compromiso…