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Y llevo noches enteras sin dormir realmente… he comenzado a tenerle miedo a esos sueños asesinos que me han perseguido últimamente… donde nace el otro yo… donde el subconsciente te traiciona y te dejas llevar por las emociones que tanto reprimes…   Y ese sueño comienza a ser tan recurrente… aquel donde te vuelvo a ver… donde te confronto… donde soy capaz de mirarte y decirte cuanto te odio y cuanto te amo… y donde siempre tiene el mismo final… el mismo trágico final…   Donde incluso describirlo duele y es tan confuso… como esa punzada sórdida de una enfermedad terminal… que no deseas que deje de doler, porque sabes que en este instante habrás muerto… habrá muerto algo de ti… y sólo dejará un vacío…

Ese sueño donde fingimos no conocernos más que por nuestros nombres y por todo el daño que nos hicimos… donde las palabras van hiriendo como cuchillas ardientes, solo por el afán de una soberbia revancha… donde soy el insensato… el inmaduro… donde todavía me puedo permitir justificarme con tus acciones…

Y comienzas a gritarme cuanto me odias… cuanto has deseado olvidar todo lo que paso en este tiempo… susurras como conseguiste olvidarme… así al oído… me dices cuanto disfrutas besarlo… acurrucarte en sus brazos como solías hacerlo conmigo… cuanto te hace estremecer cuando tienes sexo con el… cuando haces el amor…

Y me miras y me muestras esa felicidad que te aborda… la que solo obtienes cuando todo lo has conseguido… esa felicidad que nunca te di… dicho por ti…y que nunca tendré… dicho por mi…

De pronto comienzo a arrodillarme… y simplemente me recuesto en el piso… y comienzo a acurrucarme… cual niño asustado… con esa posición fetal que muestra el shock de una persona… cuando todo tu mundo se colapsa… y ahí me dejas… das la media vuelta y te enorgulleces de todo el dolor que conseguiste provocarme… y mientras yo sin llorar… sin emitir sonido alguno… sin mirar, salvo al horizonte… me quedo inmóvil viéndote marchar…

Y pasan los días y las noches… pasan los soles y las lunas… llega la lluvia… me refresca… pero me ahoga… de pronto el incesante sol comienza a quemarme… comienza a hacerme cenizas… y simplemente… el sueño termina…

Me despierto cada mañana pensando que el trágico final de esta pesadilla en el sueño… un día se convertirá en final feliz… que un día… cual ave fénix… renaceré… y verás mi intenso vuelo con tonos rojos… con tonos del caluroso fuego que despliego… y que sobrevolaré tu horizonte… sólo para decirte… que te he perdonado… que me he perdonado…

Y de pronto, traté de empezar a escribir esto como si fuera todo un literato… y en vista de que he entendido que no lo soy y que hay cosas que simplemente se me dan escribir en la forma tan simplista y desorganizada que lo sé hacer… creí justo ponerlo tal cual…   En recientes pláticas con las personas que hoy en día me rodean, aquellas que por fin entendí el porque siguen aquí… el porque de compartir fragmentos de nuestras vidas… esas personas han llenado el tintero y creado estás palabras…

De pronto tienes tantas preguntas que no quieres hacerte… que no deseas externar… por no derrumbarte… por no recordar (aunque se diga que “recordar es vivir”) …por seguir negando todos esos hechos que a la luz de otros ojos, serían tan, pero tan obvios…

Pero resulta que todos pasamos por ahí… y quizá más veces de las que desearíamos…todo por ser el estúpido ciclo que debe ser… que las personas que te rodean, están en una etapa y otras en una diferente y todo va embonando como un engranaje, para lo que con algunos te tocará aprender… y con otros habrás de darle consejos…

Y te emociona hasta el tuétano darte cuenta que no eres el único jodido (si eso es motivo de júbilo) y quizá te emociona más el entender que no estás solo… que a pesar de tus errores… la gente seguirá ahí… que aunque algunos se irán, es cierto… pero más cierto que otros se quedarán… de eso se trata la vida… del error y el acierto de cada día…

De buscar incesantemente el amor… la amistad… a la persona ideal… y que te equivocarás tantas veces que pensarás desfallecer… pensarás que no tiene sentido… tanto dolor… cerrazón… y demás idioteces pesimistas…

Cada quien está en el lugar hacia donde decidió caminar… ahora lo entendí… ahora que decir “mi ex” tiene la naturalidad de una expresión dicha en un momento de distracción… cuando entiendes que cuando la gente decide hacer un voto de silencio… ese durará todo el tiempo que sea necesario para acallar a los demonios que llevas dentro…

Debió ser de conocimiento popular aunque no del mío, hasta ahora (¡¡chinga habérmelo dicho antes¡¡) …el entender que cuando algo tan intenso, tan eterno, tan pasional se acaba… aquellas cosas que crees que nunca volverás a hacer… son tan solo cicatrices de aquella batalla que perdiste… pero que tal cual como cicatrices… no se borran nunca del todo… pero dejarán de doler… y podrás volver a mostrar la parte que fue herida…

La mía está justo en el esternón… ahí donde me hicieron ese trasplante de corazón, pero sin corazón de cambio… quédatelo… ya no lo necesito por que nada quiero… no ahora… como más de una de las personas que me rodean… y que sólo nos queda reunirnos cada jueves o cada martes, o cualquier día sin sentido, como si fuéramos el grupo de adictos anónimos y de autoayuda que se reúne a contar historias pasadas y tomar café… o cerveza en el mejor de los casos… já.

Pero de esas “reuniones” tanto que se aprende… son reveladoras las cosas que maquilas… el autodescubrimiento… que pinche sicólogo ni que nada… ni el coraje te sale ahí… no lo ocupas… porque tal cual como grupo de autoayuda… simplemente te explayas… y la gente te pone la atención necesaria… ni más ni menos… y ahí entra el engranaje… cada persona con sus problemas… con sus soledades compartidas… esperando la oportunidad de dar el paso sabiendo que los demás, están a su lado para sostenerlo por si uno decide querer besar el piso y regresarse…

Ahí con todos ellos… con todas sus vivencias… esa soledad compartida… ni a soledad sabe… ahora entendí que de eso se trata la amistad… y bienvenida sea…

Y has estado últimamente huyendo tanto de ti como de todo lo demás… de todos los conceptos preconcebidos que tuviste… de todo lo que te hiciste creer que querías… que eras… que merecías… de todo con lo que soñaste y simplemente no obtuviste… y tan sólo miras ese paraje desolado que tienes enfrente… y te vuelves a preguntar ¿dónde quedó todo aquello?

Esta vez ha sido demasiado la ausencia… todo aquello a lo que te niegas… lo que hasta ahora has librado con cierta suerte… el inevitable tren de la causalidad es imparable, nada podrás hacer para que sigas envejeciendo… para que sigas viendo pasar a la gente… a la vida… al amor… al desamor… para que en un ir y venir la soledad se cruce a su antojo por tu camino…

¿Qué estarás esperando para querer avanzar? Para dejar de mentar madres… de maldecir personas… sucesos… eventos del turbio, hermoso, intrigante, punzante y único pasado…

¿Cuándo dejarás de ver en todos las maldad que cierto que hay pero que no es para ti? Si, por historia antropológica e innegable, cada generación es más perversa y sádica que la anterior, nos hemos perdido… pero no estás rodeado de demonios… salvo los interiorizados… salvo los que has creado por ser tu un día cualquiera uno de ellos…

¿Cuándo dejarás de dudar? Que la soledad es la mejor compañera, pero la peor consejera… ¿cuándo entenderás que te mereces el cielo que miras, la tierra que pisas y el aire que respiras? que no hay fuego… ni llamas… ni cenizas… sólo un claro horizonte donde todo puede suceder y se tiñe del color de tu imaginación…

Abre las puertas a lo ancho… que tal vez aunque no llegue el amor… si llegará la paz y la tranquilidad de un alma libre… sin los prejuicios de las heridas… ni el bochorno del dolor… prepárate para volver a dejar correr por tus venas ese impulso que dicen que mueve al mundo…

No habrá nunca una ausencia más grande que la de ti mismo… no habrá nunca ausencia tal que lo que dejas pasar… a lo que le cierras los ojos… las puertas, ventanas… no hay ausencia más irracional que la que simplemente niegas… la que evades y no miras a los ojos…

Y así… tengo ausencia… ausencia de mi… ausencia de ti… ausencia de nosotros… y de todo aquello que quiera que signifique todo lo anterior… mientras te estoy mirando a los ojos…