Shodõ de Seguía Lloviendo.
Seguía lloviendo
La lluvia caía de una forma estridente, se podían escuchar los relámpagos retumbar, debí estar muy absorta observando el escenario tras la ventana del departamento, no te sentí llegar, era nuestro encuentro semanal en el que nos desocupábamos de todas nuestras tareas para tan solo entregarnos el uno al otro.
En los últimos días estabas más atento de lo habitual, era extraño recibir llamadas tuyas en los días que no se incluyeron en el pacto, eso me hizo creer que estabas dispuesto a obtener algo más de lo que habíamos acordado en entregar dentro de nuestra relación.
Ciertamente la situación me hacia sentirme un tanto temerosa y la decisión de terminar la relación se hizo presente, así que esta seria nuestro ultimo encuentro. Justamente me encontraba calculando los detalles de cómo llevaría acabo el rompimiento en el momento en el que entraste ala habitación, me di cuenta de tu llegada en cuanto sentí tus brazos rodeándome, al inicio me exalte y te dije “¡me asustaste tonto!”, tan solo sonreíste haciendo esa mueca que tanto me gusta.
Me gire para quedar frente a ti, en el instante me besaste con una ternura muy inusual, el pánico volvió, tan solo pude preguntarte lo que sucedía únicamente me respondiste con un nada, y ahí estaba nuevamente esa sonrisa. Seguiste besándome y la pasión comenzó a aumentar hasta que por fin me condujiste ala alcoba.
La lluvia seguía cayendo cuando el acto culmino. Te quedaste dormido, otro acto inusual, era tu costumbre retirarte sin decir nada al terminar y dejarme dormir plácidamente; pensé el todo lo sucedido mientras te miraba dormir sin hacer ni un solo ruido. Todo fue muy distinto, desde el saludo, hasta este instante en el que te espiaba, anteriormente la escena hubiera sido tan sólo un “hola” y ala alcoba de inmediato.
Las dudas me invadían, al parecer estabas comenzando a valorar el acuerdo de no involucrar los sentimientos y que tan solo nos veríamos por placer, en este momento mi miedo creció más de lo que esperaba y pensé por un momento salir sin despedirme, los papeles se cambiarían, pero… ¡Oh! mi gran pero, estaba esperando esta situación desde hace mucho, aun así me aterraba el pensar que se haría realidad, que te involucrarías un poco más conmigo, y ahora que era el momento, mis temores crecían, en ese instante mi ley me abofeteo la cara y comprendí que no debía permitir que nos involucráramos un poco más.
En cuanto despertaste ya estaba de pie y vistiéndome, te mire y me senté sin decir nada en el silloncito cerca de la cama. Maldita sea otra vez esa sonrisa. Te levantaste dirigiéndote a mí, antes de darte la oportunidad de llegar a mí tan solo dije adiós, sin darte tiempo de nada salí.
Al llegar ala calle me di cuenta de que mi corazón palpitaba más rápido que de costumbre, me asalto la duda del pensar si llamarías o no después, pero lo más gracioso es que aun seguía lloviendo.
Shodõ al Soplo de Tus Besos
Podría morir al soplo de tus labios,
abrazarlos con los míos
y aferrarme a la vida contigo -a la que me queda-,
perderme en tu olvidada ternura
de inmensas proporciones,
empaquetar tus temores con las manos,
y pensar que sólo somos dos,
que tu egoísmo y el mío
sean uno,
y hagan el amor sin necesitar
que restauren el mundo para nosotros,
mostrarte el mundo que siempre estuviste buscando
y que siempre te estuvo esperando,
derrumbar las barreras que esconden tu fragilidad,
y que llegues desnuda,
sin conciencia,
ni temores,
sin urgencias,
ni flaquezas,
ni un solo pétalo,
que oculte todos tus sentimientos,
así,
deshojada,
en espera del amor eterno,
de la vida eterna,
esa que podrías ver en mis ojos,
si me miraras,
esa que podrías ver en estas letras,
si las pusieras cerca de tu corazón,
ahí donde hay un jardín creciendo
fuera de la historia…
Shodõ de ¿Será?
¿Será que un día el pueda descubrir eso que escondes en la mirada? ¿Tras la sonrisa?
¿Podrás cuidarlo, como cual niño me cuidabas a mi?
¿Tendrás esos arranques de pasión, amor y ternura, todo en una caricia al tocar mi mejilla?
¿Acaso podrá comprenderte cuando lloras sin razón con la ternura de una niña?
Seguro podrás intentar tener todos esos ademanes, esperando la reciprocidad y la complicidad de mi sonrisa…
¿Crees acaso que podrá tocarte justo en la entrepierna para llevarte al limite de tu placer? ¿Descubrirá ese lugar tan único en ti?
¿Querrás mirarlo con la mirada encendida con la que me miraste, envuelta en placer?
¿Sentirás ese placer extraño al tocar mi cabello mojado?
¿Desearás tener su ser en ti… en todos los sentidos posibles?
Quizá conseguirá llevarte al éxtasis totalmente físico… pero sabrás siempre que el alma se fue con la mía y vagan por los confines de la eternidad…
¿Estará tan acostumbrado a tener sobre si al dormir, tu cuerpo, tus piernas?
¿Acaso habrá visto y sonreído cuando dormida levantas y doblas esa pierna izquierda?
¿Podrás aun dormida, despertar, sonreírle y balbucear un te amo intenso?
Seguro podrás olvidarme, dejar de extrañar mis manos y yo tus besos, dejar de ver en mi ese niño que un día te atrapó, para seguro haber encontrado al hombre de tu vida... y que obviamente no soy yo...
¿Le sucedería, entendería, como desfalleces por la sonrisa de un niño pequeño, y mas cuando no era a ti, sino a mi a quien le sonreía?
¿Podrá entonarte aquella canción que sabes de memoria con la intensidad y la fuerza de este corazón, y mi voz a todo galope?
Quizá pueda hacer todo esto y más… pero quizá nunca entenderá que todo esto… eres tu… soy yo… fuimos y seremos… y eso… ni el tiempo será capaz de borrarlo…