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Podría parecer fácil escribir aquí y que la gente (que por cierto, sólo es una) encuentre algo interesante en esta jungla-mar-rio de letras, donde todos los puntos de vista… las miradas y los criterios se juntan, y entonces te haces tan imperceptible… apenas un puntillo en todo esta imagen surrealista de comunicaciones.

Y más cuando uno sólo parece que divaga… yo, en mi estado etílico-compulsivo-pasivo-nostálgico, que es cuando creo que las palabras tal cual la sangre que fluye en ellas, corren como una manada de emociones que de no ser tan frío y estúpidamente soberbio, lloraría de emoción tan sólo de verlas…

Me he estado reservando un poco… de pronto supongo que cuando uno se empieza a meter en esto de los blogs… siempre sus palabras le suenan para sí, fofas, sin mucho sentido… por mucho que cuides la gramática y la ortografía… cuando lees cosas a las que te atas y dices… demonios, ¿por qué no escribo yo así? … y entonces tratas de ser más cuidadoso con lo que quieres decirle al aire y que alguien pescará quizá en el otro lado del hemisferio…

Eso me sucede hoy en día… aun cuando parece que tengo buenas ideas, el tiempo, la determinación, siento que no es suficiente… aún cuando puedo apartarme de ese nuevo-maldito-sórdido vicio llamado “twitter” (que de paso un día hemos de encontrar ya en el diccionario de la real academia de la lengua) , siento que lo que tengo que decir, no es tan relevante como para estar en un blog…

Pero estoy en espera de que alguien me diga lo contrario, y entra otro trauma interesante… ¿quién chingaos te dirá, “tu síguele, no lo haces tan mal”? no, pues la cosa ya está fregada… porque si ni amigos hago en la vida real hoy en día… menos algún adepto que siga esta sarta (me agrada esa palabra) de mal viajes cibernéticos.

Y bueno, sólo cerrando este Shodō... decir que, pronto vendrán más… ¡¡ holy idiot… todo para terminar en que seguiremos leyéndote…¡¡