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La comisura de tus labios rojos,

son flechas púrpuras,

que los míos, quisieran tocar,

pero hoy no es el tiempo,

podré esperar y calmar mi ímpetu,

sólo éste presente, con otro presente,

lo imposible podría ser posible,

ya sabía el riesgo y me aventuré,

te seguí, me dejé llevar,

no es como pensé, pero la vida es así, como un sueño,

como cuando el sol seduce al día para irse con él,

irremediablemente en cada atardecer,

sepulté mis historias vividas y ultrajé al presente

para intentar construir mi futuro a tu lado,

por eso, cada crepúsculo le pido a la soledad

llenar los huecos dejados por las estrellas,

apagadas por el desamor,

busco al sol seductor,

al crepúsculo y al amanecer,

hurgo desesperado

en cada madrugada, en cada amanecer,

cuando el reloj me despierta con su estridencia,

esperando inútilmente que entres a mis sueños.