Shodõ de Las Cenizas
A veces parece mas simple escribirte, después de soñarte... en ocasiones resulta mas simple mirarte, después de escribirte... a veces simplemente se me escapan las palabras una vez que tu recuerdo inunda esta mente tan torcida que llevo a cuestas...
No deseo hacerte un personaje mas de la ficción que me invento cada noche para conocer mundos extraños y maravillosos... para soñar que la vida no es tan maravillosa o tan espeluznante como parece...
No siempre ha sido fácil el volverte a pensar con la ideología de todos aquellos años que vivimos juntos y que hoy simplemente se hicieron humo, se hicieron cenizas...
Trato de tomar de nuevo aquellas cenizas, en el afán idiota de revivir lo ya extinto, pero se me escapan entre los dedos... me manchan, me ensucian, e incluso el olor a muerte carbonizada me impregna de la realidad que todavía no soy capaz de admitir...
Creo que debería guardarte en esa cajita de muerto incinerado, hacerte un acto solemne, un tributo musical de fondo y postrarte para la eternidad en esa repisa que todos miran pero nadie toca... por el respeto inútil al silencio... a evitar revivir algo que podría matarme en cuanto lo tocara, en cuanto lo olfateara, que podría tragarme para que vivas por siempre dentro de mi...
Es hora de mirar la caja desde arriba y darse cuenta que simplemente son cenizas... que los recuerdos son cenizas, que los besos, las caricias y los sueños... son cenizas... y que el amor desperdiciado, plagiado, derrochado... también son cenizas...
Que todo yo... estoy hecho de cenizas... y de humo que se dispersa al aire...
Pero que difícil es hablar.